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En la nueva cabaña, terminamos la terraza con bambú. Primero fuimos a cortar el bambú en un lugar cercano con machete. Luego el bambú se quedó secándose como dos meses. Ya a medio secar lo calentamos con un soplete de gas para que soltara los aceites internos que sirven de protección contra insectos, el sol y la lluvia. Barnizamos las piezas para darles todavía más resistencia, ya que iban a quedar expuestas. Finalmente las colocamos en la terraza, dándole un toque único a la cabaña.